domingo, 18 de diciembre de 2011

Silvio (1992) - Silvio Rodríguez


Puntuación: 10+

Mejor tema: Quien fuera

Tracklist
01. Compañera
02. Trova de Edgardo
03. La desilusión
04. Y Mariana
05. Abracadabra
06. Hombre
07. Monólogo
08. El necio
09. La guitarra del joven soldado
10. Quien fuera
11. Juego que me regaló un 6 de enero


Arrancamos con este autor reseñando Silvio, una obra maestra. Sí, ese es el calificativo que merece. ¿Por qué? Simple: melodías exaltantemente hermosas y arreglos (siempre de guitarra acústica) perfectos se encuentran como oro en una mina aquí. Los arpegios que se escuchan durante todo el disco son acompañantes y, en su mayoría, son muy creativos (con esto me refiero a que no son los típicos, sino que buscan ser más complejos que los clásicos).
  Silvio, en sus primeros años, grababa con bandas, teclados y más instrumentación. Pero aquí, el autor se limita a utilizar sólo su guitarra para acompañarse, cosa que deja los temas crudos: así, como los escuchó Rodríguez en un principio (antes de componer, en su cabeza), los escuchamos nosotros. 
  Soy malo en materia de interpretación de textos, y como no quiero arruinar lo que, pienso, es aprobable, no comentaré ninguna letra.

  Compañera está compuesta en 1987 y es muy pacífica y amorosa, y tiene un acompañamiento arpegiado muy creativo. Amo los momentos en los que Silvio canta apasionadamente (¿Quién se atreve a decirme que debo arrepentirme de la esperma quemante que me trajo?).
  Trova de Edgardo, del 91 es una corta y rápida pero maravillosa canción dedicada a Poe que tiene un complejo y alegre acompañamiento, que es lo mejor de esta.
  La desilusión es el primer tema sin colorear que se nos presenta. Su melodía no llega a ser tan atractiva como la de sus antecesores, y el acompañamiento se torna aburrido. Lo mejor es el trabajo de superposición de voces, pero no es un punto tan alto como para hacer que la canción merezca estar en rojo.
  El disco se levanta hasta terminar con Y Mariana, que posee un estribillo llamativo y melodías hermosas. El acompañamiento de las estrofas tal vez llegue a aburrir, pero el estribillo cambia todo eso y hace que incluya el tema entre los rojos.
  Abracadabra lucha por ser el mejor tema del disco. Silvio es de los pocos que logra ponerme los pelos de punta con una melodía y un acompañamiento simple. No conozco una cosa tan romántica y a la vez poco melosa: el estribillo es volador. Las guitarras superpuestas con sus acordes rematados y sus arpegiados hermosos junto con la voz del trovador me hacen volar.
  Silvio le dedica Hombre al Che Guevara. El tema empieza con un recitado acompañado por unos arpegios lentos y un coro poco destacable. Pero lo mejor está en la misteriosa melodía que se escucha después de todo esto. Es como una especie de susurro que me conmueve como pocas cosas. Todo termina muy emotivamente con un crescendo de guitarras y voces superpuestas.
  Monólogo es otra sentimental canción con un inicio ultra melancólico y una melodía principal impresionantemente conmovedora compuesta para Teté Vergara. Si quieren escuchar algo que dé lástima escuchen esto.
  El necio empieza a capella y va acumulando cada vez más presión con intermedios guitarrísticos cada vez más aplastantes. Lo que empezó con un susurro de Silvio, termina con un caudal de guitarras y coros épicos que luego se desvanece en un acorde.
  La guitarra del joven soldado es un toque de dulzura infantil ejecutada por una pacífica voz y unos ultra sencillos e infantiles punteos de guitarra, acompañados de un lindo arpegiado.
  Quien fuera es candidato a mejor canción del disco. Al igual que Abracadabra, posee una de las melodías más hermosas jamás creadas. Pero no sólo eso es lo que hace este tema algo tan emotivo: la superposición progresiva de guitarras me fascina, y el final compuesto por esas cuerdas me deja la piel de gallina. Además el punteo de guitarra al que luego se le agregan distintas variaciones es simplemente majestuoso.
  Juego que me regaló un 6 de enero es otra canción susurrante acompañada por un arpegiado a bajo volumen que tiene un meloso estribillo. Lo mejor aquí es su gran melodía y creativo acompañamiento.

  Muchos escapan de Silvio por sus desafinaciones en la voz y sus golpeteos a la guitarra. Sí, a veces el instrumentista pega duro a las cuerdas, pero lo hace con la intención de añadirle emotividad a lo que hace. Cuando Rodríguez no logra afinar, lo hace porque no llega a los agudos, y esto es algo muy común entre los cantantes. Permitámosle cometer algunos errores: él nos entrega melodías que nos hacen llorar, y estas no son razones como para restarle demasiados puntos.


     

1 comentario:

  1. Buenísima reseña, siempre habrá de hablar de silvio, por favor sube una crítica de los primeros de su carrera

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