jueves, 1 de marzo de 2012

More (1969) - Pink Floyd




Puntuación: 6+

Mejor tema: Green is the colour

Tracklist

01. Cirrus minor
02. The nile song
03. Crying song
04. Up the khyber
05. Green is the colour
06. Cymbaline
07. Pary squeence
08. Main theme
09. Ibiza bar
10. More blues
11. Quicksilver
12. A spanish piece
13. Dramatic theme


  La guerra civil española fue sangrienta, y los dos bandos que se enfrentaron...ah, ¿ésta no es la reseña de la guerra civil española? ¿More? Perdón, me confundí. Empiezo de nuevo. 
Luego de A Saucerful Of Secrets, Syd se volvió completamente loco y abandonó definitivamente la banda. Pink Floyd quedó entonces bastante desorientado, ya que se quedó sin su principal líder. El bajista Waters tomó entonces el liderazgo y comenzó un largo proceso de búsqueda de un sonido propio, que llevaría a la banda por caminos tortuosos y absolutamente disímiles entre sí durante tres largos años. 
More tiene la particularidad de ser el primer álbum que cuenta con la formación definitiva de la banda, con Gilmour asentado como guitarrista principal. Claro que Dave todavía no está afianzado, y todavía no aporta su sonido distintivo. Entonces, este es el inicio del largo viaje que llevó a cabo Pink Floyd en busca de su identidad. Y será un viaje muy largo y difícil, cual hijo de desaparecidos. 
Este disco en particular es bastante extraño, ya que no tiene mucho que ver con lo que el grupo haría más tarde. Resulta que More es en realidad el soundtrack de una película, y por eso no se le puede tomar como un álbum en el sentido literal de la palabra. Hay muchas canciones que sólo sirven en el contexto del film, como música incidental, y sacadas de ese lugar suenan insulsas. 
Pero esas viñetas no nos importan. Lo que nos importa son las canciones independientes. Y la verdad es que no hay una conclusión exacta que sacar sobre ellas. Lo primero que podría decir es que se ve que a Roger le gustaban las baladas folk, algo bastante extraño teniendo en cuenta los delirios demenciales que había sacado Floyd en los dos discos anteriores. ¿Quién podía imaginar que el tercer disco del grupo estaría basado en cancioncitas acústicas, sencillas y campestres? Yo no. Pero Waters parece ser un compositor bastante bueno de estas cancioncitas, con resultados bastante placenteros que eventualmente Roger volvería a reeditar con temas como Grantchester MeadowsIf o A Pillow Of Winds
Pero el disco no se queda estancado en ese género, sino que es bastante variado, ya que además hay rock pesado, instrumentales bastante progresivos y experimentos avant-garde. 
Entonces, sumamos canciones folk, hard-rock, instrumentales, avant-garde y viñetas de fondo que pasan por los géneros más diversos como flamenco, jazz, música tribal y blues. Suena bien, ¿no? Pero la verdad es que las canciones son bastante insustanciales. No hay nada horrible (exceptuando Quicksilver), pero en general todo suena bastante tibio y olvidable. Agradable, sí, pero no mucho más que eso. Las viñetas que se utilizan para la película no tienen razón de ser si se escuchan por sí solas, y las canciones hechas y derechas no alcanzan niveles muy altos. Pink Floyd estaba buscando su sonido, y se nota claramente que no lo encontró, ya que el nivel compositivo es bastante mediocre. 
Todo esto le da un aceptable 6, no muy trascendente pero bastante disfrutable. Vale la pena comprarlo, porque ofrece algunas gemas perdidas, no hay nada particularmente horrible y ofrece algunas cosas interesantes. Nada genial, pero no se puede esperar mucho de un soundtrack, ¿no?
Pasemos entonces a las canciones. El disco abre con un minuto de pajaritos que parece sacado de Across The Universe. Se trata de Cirrus Minor, una canción muy discreta y sencilla con sutiles destellos acústicos, una voz susurrante y un órgano de iglesia algo molesto pero que ofrece una coda bastante atmosférica.
Luego llega The Nile Song. Se ve que Floyd quiso adaptarse al hard-rock tan en boga por aquel entonces, y la verdad no les sale muy bien. El sonido aquí es bastante barroso y feo, y si bien la melodía es pegadiza, es aparatosa en demasía. No es tan horrible como algunos dicen, pero igualmente es mala.
Después llega una baladita tierna como Crying Song, con una melodía evocadora, una guitarrita casi imperceptible y un slide eléctrico al final realmente brillante. 
Up The Khyber es la primera viñeta instrumental utilizada para la película. No es muy destacable, ya que se trata apenas de una batería endemoniada que puede tornarse bastante molesta, acordes de piano tocados al azar y un órgano bastante fumado y loco. Es bastante jazzera, pero eso no la hace buena.
A continuación viene un dúo que es de lo mejor del disco. Primero tenemos otra balada acústica con Green Is The Colour, sólo que esta vez la melodía bellísima, la guitarra pastoral, el piano juguetón y la hermosa y sobrecogedora flauta la hacen el momento más precioso del álbum.
Y después está Cymbaline, una balada con un piano genial y una gran melodía que se eleva majestuosamente en el estribillo. La coda con el órgano y los coros de Waters también es bastante buena. Lástima que el volumen esté tan bajo. ¿Qué pasó con esta canción? Siempre cuando llega debo subirle el volumen porque sino no se escucha nada. Un verdadero misterio.
Party Sequence es otra viñeta corta, con unos bongós y una flauta demente que me hacen acordar a algún rito oscuro de una tribu africana. Realmente no tiene sentido escuchar esto fuera de la pantalla grande.
Abriendo el lado B tenemos el instrumental Main Theme. La introducción es bastante fea, con un órgano horrible (¿acaso todas las canciones tenían que tener ese órgano?), pero después se convierte en algo muy interesante, con una percusión misteriosa, extraños toques de sintetizador y acordes espaciales de guitarra eléctrica.
Después viene Ibiza Bar, que no es otra cosa que la repetición de The Nile Song, sólo que esta vez no es tan mala porque el sonido es mucho más cristalino y las guitarras no suenan tan ruidosas.
More Blues es un intento insulso de blues, con la guitarra de Gilmour improvisando un blues bastante genérico y una batería que se interrumpe constantemente. 
Lo único realmente horrible del disco es el espantoso experimento Quicksilver, una especie de reprise de la suite de A Saucerful Of Secrets con musicalidad nula, tan sólo ruidos feos de teclado que se repiten durante seis minutos. ¿Tenían que meter esto? ¿A alguien le puede interesar escuchar esto si no está viendo la película? Realmente no.
Y ya vamos terminando. Nos queda otra viñeta cortita como A Spanish Piece, en donde Gilmour realiza una performance española con guitarra acústica mientras alguien dice clichés en un español bien ibérico como "Pasame el tequila Manuel
". Bien estereotipado.
El último tema es Dramatic Theme, otro instrumental más corto que Main Theme pero igualmente disfrutable, gracias a unos acordes eléctricos atmosféricos y a un adictivo bajo.
Y así termina este disquito. Intrascendente, insustancial, tibio, pero vale la pena darle algunas oídas. Un 6+.



   

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